En la era digital que vivimos, la tecnología ha emergido como un catalizador fundamental en la evolución y conceptualización de la participación ciudadana, transformando la manera en que los individuos se involucran en la toma de decisiones y contribuyen al desarrollo de sus comunidades. Este fenómeno representa una revolución tecnológica que se impregna de manera total en la dinámica social y política, otorgando a los ciudadanos herramientas poderosas para expresar sus opiniones, organizarse y colaborar en la construcción de un futuro colectivo.
Sin lugar a dudas, una de las herramientas tecnológicas que es líder indiscutible de la participación ciudadana en las políticas públicas son las redes sociales. Estas plataformas digitales han desempeñado un papel clave al proporcionar espacios que permiten a los ciudadanos compartir información, discutir temas de interés y movilizarse en torno a causas comunes. Estas plataformas no solamente facilitan la difusión de ideas, sino que también fomentan la formación de comunidades virtuales que trascienden barreras geográficas, conectando a individuos con visiones similares.
El papel transformador de la tecnología
En este contexto no es de extrañar pensar que la tecnología ha tenido y tiene un papel transformador. Las herramientas tecnológicas han facilitado la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública. Plataformas de gobierno electrónico, aplicaciones móviles y herramientas en línea ofrecen a los ciudadanos acceso instantáneo a información relevante y la posibilidad de monitorear las acciones de las autoridades. “La tecnología y sus cualidades ocupan a su vez un papel central en el cambio de las percepciones sobre las demandas de la participación democrática, o en lo que se ha venido a denominar crisis de la democracia representativa” se afirma en el documento “GOBERNANZA PARTICIPATIVA LOCAL, construyendo un nuevo marco de relación con la ciudadanía”. De este modo, el impacto digital en los procesos políticos y políticas públicas es un hecho. Es más, muchas protestas sociales se han amplificado gracias al uso de tecnologías como las redes sociales. Algunos casos que lo ejemplifican son en España el #15M y en Latinoamérica iniciativas como #YaMeCansé (Mexico), #NiUnaMenos (Argentina) o #VemPraRua (Brasil). Muchas de estas protestas adoptaron el objetivo de conseguir sistemas democráticos más directos y deliberativos, basados en la colaboración en red de personas y movimientos ciudadanos. En definitiva, a través de la tecnología como principal herramienta se buscaba una democracia más abierta y participativa.