Como se ha detallado en anteriores blogs la participación ciudadana es un pilar fundamental en cualquier sociedad democrática. No en vano, garantiza que los ciudadanos están representados en las administraciones y que formen parte de las mismas de manera constante y efectiva. A lo largo de la historia, este concepto ha ido evolucionando significativamente, pasando de un modelo clásico con limitaciones a un modelo contemporáneo mucho más inclusivo y sofisticado. Además, existen distintos niveles de participación que se abordan en el artículo ¿Cuáles son los niveles de participación?. En el documento “GOBERNANZA PARTICIPATIVA LOCAL, construyendo un nuevo marco de relación con la ciudadanía” de la página oficial de la Red de Transparencia y Participación Ciudadana se realiza un recorrido por la evolución de la participación ciudadana y los distintos modelos que ha habido tanto en la sociedad clásica como en la contemporánea que pasamos a explicar a continuación.
¿Cómo ha evolucionado la participación ciudadana en la sociedad?
En la actualidad, podría considerarse de manera general que han existido tres modelos de participación ciudadana.
El modelo clásico o presencial-institucional
En los años 80, tal y como se describe en el documento mencionado anteriormente, la participación ciudadana se reducía a un modelo presencial – institucional donde prevalecía “una concepción de la participación muy limitada” (Subirats y Vallès, 1990), focalizada en “contener y contentar” (Pindado, 2005) a los actores sociales. Aún así es preciso mencionar que a finales de la década de los 80 un 70% de las grandes ciudades contaban con un reglamento municipal de participación. Por tanto, este modelo se caracteriza por un papel de la participación muy institucional con los “consiguientes riesgos de instrumentalización y politización”.
Un modelo basado en elementos transformadores
Este modelo de participación ciudadana podría considerarse un intermedio entre el modelo clásico y el contemporáneo. Este modelo se desarrolla en el contexto del Gobierno Abierto —un modelo de gobernanza caracterizado por la transparencia en las administraciones—, los movimientos sociales y el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que promovieron canales de comunicación diferentes a los tradicionales y que permitieron la participación electrónica y una “nueva forma de conectar a la ciudadanía con sus gobiernos”. Así, en este modelo nació el concepto de e-participación.
El modelo contemporáneo o individual – tecnológico
Este modelo está caracterizado por dos factores: el primero de todos la tecnología que, a su vez, hace posible el segundo factor, la participación individual. Además de la tecnología y la posibilidad de participación individual, habría otro pilar clave: “la ausencia de reglamentación o la adopción de una reglamentación flexible que abre la puerta al desarrollo de nuevas formas de participación”. Es decir, la posibilidad de innovar proactivamente en el plano de la participación individual debido a la carencia de legislación en este sentido.